miércoles, 3 de junio de 2015

"Estamos en una desacelerasen fuerte de los precios"

En una entrevista con ámbito.com y Ámbito Financiero, el ministro de Economía, Axel Kicillof, habló del dólar, las elecciones, la inflación, el INDEC, del Impuesto a las Ganancias y hasta del escándalo en la FIFA.


Embistió contra el juez Griesa y el mediador Pollack, el accionar del monopolio Clarín y los discursos de los candidatos y referentes económicos de la oposición. Quedó claro en ese sentido que no habrá ningún contacto con respecto a la deuda aún en default hasta tanto el juez Griesa no opte por sentar a la Argentina con todos los tenedores de papeles al mismo tiempo. No adelantó cuál será su futuro ante las próximas elecciones, aunque señaló que está dispuesto a participar en el lugar que sea designado. Descartó cualquier tipo de inconvenientes en el pago final del Boden 2015, que se hará el 3 de octubre. En los meses que restan de su gestión al frente del Palacio de Hacienda apuntará a concretar más medidas que impulsen el consumo privado. No descartó una actualización de la Asignación Universal por Hijo. Evitó definirse entre Randazzo y Scioli: "Estamos discutiendo nosotros quién garantiza la continuidad del proyecto; es un debate sano".

Periodista: ¿Tomarán medidas de acá a las elecciones para el consumo, como el Procreauto o subir la AUH?

Axel Kicillof: No voy a adelantar ninguna, pero voy a decir que el Gobierno ha estado muy atento a la política económica para tener esa reacción rápida y certera que tiene Cristina Fernández de Kirchner donde hay una dificultad real. Siempre aparece del lado del Gobierno la voluntad de colaborar, y aparece la medida concreta. No siempre la solución, porque un problema como es el sector automotor, de lo que se produce en la Argentina de los autos, el 60% va a Brasil. Es decir, si un día los brasileños consumen cero auto, el 60% de nuestra industria está parada. Cayeron un 25% los patentamientos de Brasil y en particular, más cayeron unos modelos argentinos, lo cual no es culpa de la Argentina. Hemos ido con los ministros de Industria para ver si se podía mantener la cantidad de autos argentinos que compra. ¿Qué podemos hacer ante esto? Generar medidas de fomento en el mercado interno, el crecimiento en el consumo e inversión interna para que se pueda sustituir la falta de vigor de la economía internacional. Actuamos muy rápidamente.

P.: ¿Qué panorama ve respecto de las elecciones?

A.K.: La historia argentina es muy rica en experiencias que contrastan entre sí. Hubo gobiernos que se endeudaron a lo loco y lo llevaron a la catástrofe de esa manera, inclusive con cobertura de medios de comunicación, que no mostraban lo mal que estaba la gente. Este Gobierno hizo lo contrario en muchos aspectos. En primer lugar exhibió cuáles eran los verdaderos problemas, como la desindustrialización, la falta de inclusión social, inequidades, algunos grupos de poder que condicionaron a los gobiernos y políticas económicas, que ponían ministros en áreas clave. Si los grupos económicos designan a los ministros, no sé para qué un país va a elecciones. Esto lo digo porque oía que un grupo de empresarios quería hablar con algún candidato para condicionarle su gabinete. Hay candidatos que efectivamente aplaudieron el sobreendeudamiento y que ahora están prometiendo otras cosas. Pagarles a los buitres cualquier cosa y volver a endeudar al país. Uno mira lo que pasa en países como Grecia, otros países de Europa, incluso China, que proyecta un crecimiento del 7% para este año, el peor de los últimos 15 años, lo que ven los propios Estados Unidos, que habían salido de la crisis y este primer trimestre tuvieron números negativos. El mundo está complicado. Esta idea de ir y pagarles a los buitres y endeudarse por 100 mil millones de dólares, la veo y me suena a frotar la lámpara de Aladino. Pero es verso. Ahora hay algunos candidatos que provienen de experimentos políticos. Incluso pregonan la no política, hacen bailes extraños, tiran globitos de colores, están en una especie de fiesta permanente.

P.: La inflación sigue elevada. ¿Tienen en estudio alguna medida?

A.K.: En estos años se ha establecido una discusión de quiénes son los responsables y cuáles son las causas de los incrementos de los precios. Hay toda una postura que dice que el aumento de los precios es responsabilidad pura y exclusiva del Gobierno. Esto tiene que ver con el aumento del gasto público. Y además cuando gasta emite mucho dinero. Creo que en estos años, con Precios Cuidados y otras medidas, discusión directa con sectores concentrados por la fijación de precios, también de la cuestión cambiaria y de administración del comercio, demostramos que hay una batería de medidas. Hicimos desde 2014 acuerdos voluntarios con reducciones en precios en todos los rubros. Es un control de precios con acuerdos voluntarios, no persecución. Cada vez que un sector va a hacer un aumento de precios, le explica a la Secretaría de Comercio por qué es. Los sectores opositores que quieren que cambie el signo político decían que la inflación iba a ser del 40%, le erraron por quince puntos. Tienen que aceptar que de un año a otro hubo una desaceleración que en los números de ellos es de 15 puntos. Pasamos del 40% al 25% y creo que el año pasado fue menor. Este para mí no será más del 18%. El dato es que estamos en desaceleración fuerte de los precios. Pero, ¿cuánto mejor nos hubiera ido si no hubiera habido permanentemente un megáfono gritándole a la cabeza al argentino que iba a perder el empleo, que no había inversiones, que estamos fuera del mundo? Lo digo para algunos políticos que les tienen tanto miedo a esas tapas de Clarín que mienten, como lo hicieron conmigo.

P.: ¿Cómo vio el escándalo en la FIFA?

A.K.: En la Argentina hemos hablado mucho de la fuga de capitales y de los paraísos fiscales, de la evasión tributaria, para la Argentina son muy importantes, porque hay un grupo de poder que siempre le echa la culpa de todo a la política. Pero siempre pasan por alto la corrupción privada. Un empresario me decía: cada vez que aparece un político que aceptó una coima, del otro lado suele haber un empresario que se la dio y que obtuvo un beneficio mucho más grande que esa coima. Hay empresas que eran argentinas y hoy tienen sede en paraísos fiscales, incluso algunas que fueron producto de las privatizaciones de los 90. También aparecieron las 4.000 cuentas de HSBC, 3 mil millones de dólares de argentinos, un 10% de nuestras reservas están en un solo banco en el extranjero, en manos de argentinos que no los declararon a la AFIP. Es un hecho de corrupción enorme del sector privado. Para sacarla aparentemente hubo un banco que armó un mecanismo para fugar capitales de argentinos y ponerlos en Suiza. Aparecen argentinos en mecanismos internacionales de corrupción, y no tienen que ver con la política, no son políticos. Lo de la FIFA es claro, no soy un conocedor en la materia, aparece Torneos y Competencias, empresa vinculada históricamente al Grupo Clarín. Ese mismo diario a mí me denunció por un hecho de corrupción en su tapa diciendo que yo ganaba 400 mil pesos en YPF, que está prohibido, o que tenía dos sueldos, y era una mentira garrafal. Son gatillo fácil para denunciar corrupción de aquellos que son un obs-táculo para sus intereses y cuando la cosa roza a sus socios, sus financistas, el tema no existe en el diario. Ese famoso periodismo de investigación investigan sólo lo que les interesa. A mí me acusaron de cobrar una plata que nunca cobré, pero cuando salí a desmentirlo ya era 7.20 de la mañana y lo sabía todo el país. Sonaba el teléfono en casa. Tienen una cadena nacional, que es lo que algunos jueces trataron de parar, porque tienen 300 medios, entonces tocan un botón en una oficina y sale por radio y canales de todo el país. Tiene más peso que la verdad, y cuando sale la verdad, como el caso mío, no lo desmienten.

P.: ¿Habrá trabas de buitres para pagar el Boden 2015?

A.K.: Decían que iba a haber un problema, pero el Gobierno puede pagar el Boden 2015. Una parte queda adentro y otra afuera. Los mismos inversores argentinos quieren cambiar ese bono por otro. Cada vez hay más inversores interesados en los bonos argentinos. Buitre que ladra no muerde. Un día la Presidenta me dio la orden de lanzar un canje del Boden 15 por el pago en efectivo. Todos prefirieron el bono al dólar y estábamos en la campaña en la que se iba todo al bombo, que no pasó.

P.: ¿No habrá más cambios en el Impuesto a las Ganancias?

A.K.: Lo que nosotros planteamos es que de todos los trabajadores argentinos, de los 11 millones que hay en la Argentina, solamente el 10% pagaba el Impuesto a las Ganancias. Además, son los que más ganan. Planteamos que además a todo el mundo le gustaría que le bajen sus impuestos. El Impuesto a las Ganancias tenía esta particularidad, era el más progresivo, porque se les cobra a los que más ganan y se usan en Rentas Generales para pagar jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo, los gastos de infraestructura, con lo cual reconocimos que se podían discutir y modificar las escalas. Creo que es un avance porque hubo un gremio que fue a un paro por Ganancias y solamente un 2% se unió a la protesta. Si se quitaba el Impuesto a las Ganancias, los que fueron, al día siguiente hubieran terminado igual y se unieron por solidaridad. Lo interesante de este año es que se planteó un debate porque decían que era un impuesto injusto que pagaban todos los trabajadores y nosotros demostramos lo contrario. El Gobierno siempre ha sido muy razonable y no ha salido a castigar a nadie. Pero sí había que poner las cosas en su lugar, y de hecho, la Presidenta toma una medida con las escalas más bajas.

• IPCNu

P.: ¿Cómo será la revisión del FMI de las mediciones del INDEC?

A.K.: Estamos en un trabajo con el FMI que pretendemos que sea de carácter técnico. El Fondo tiene manuales con respecto a los censos y estadísticas y es una función que tiene desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con Breton Woods. La Argentina, por una necesidad propia, modificó sus estadísticas de precios para hacer por primera vez un índice federal. Todas las discusiones de inflación en la Argentina eran porteño-centristas, que tiene algunas particularidades. Todos saben que lo que pasa en Buenos Aires no pasa en el interior, ni con los precios ni con los costos, porque evidentemente las tarifas de los servicios públicos son distintas, los gastos del hogar y las costumbres son distintas. En esa tarea, se trabajó en conjunto con el FMI para diseñar un índice que es el Índice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPCNu). Ahora se calcula el índice de precios de cada región y luego uno nacional con una muestra mucho más grande, por lo que no es comparable con el viejo IPC de la Ciudad de Buenos Aires. Siempre que uno habla del FMI, conoce el sesgo ideológico. El default de 2001 fue facultado por el FMI, que tiene un grado importante de responsabilidad. Esa herida está porque la provocaron y nunca vinieron a pedir perdón. Entonces es una relación difícil. Cada vez que estima el crecimiento de la Argentina, agarra su manual ortodoxo y dice: "A ver, ¿cumple con esto que pide el liberalismo ortodoxo? No. Ah, entones le va a ir mal". En este caso, tratamos de aislar este problema para valernos de un servicio que da el Fondo, que es la elaboración de estadísticas, y trabajamos muy bien con el INDEC. Uno de los problemas que tenía el FMI con nuestro índice de precios es que daba muy distinto al de los privados. Entonces nosotros le pedimos muchas veces: ¿Por qué no les hacen un examen a los privados? Porque lo que van a encontrar es que a veces son dos tipos llamando por teléfono a cinco comercios. Después está el de Patricia Bullrich, que tira un dado y calcula el índice. Está cargado porque siempre dan los datos altos. Ese trabajo conjunto, a nivel comunicacional es complicado por el desastre que hicieron ellos acá.

P.: ¿Avalarán el nuevo IPCNu?

A.K.: A nivel técnico estamos trabajando muy bien, pero la dirección política se toma en la conducción del FMI, y ahí no andamos tan bien. Queremos seguir mejorando las estadísticas y seguir trabajando con el Fondo porque ha contribuido a nuestro diseño. Al nivel de la comunicación, siempre tenemos rispideces, porque a nosotros no nos gusta cómo se comunican. Espero que digan que hemos trabajado bien y vamos a seguir trabajando. Mientras no politicen ellos el tema, nosotros no lo vamos a politizar. Es un trabajo que tratamos de mantener aislado de la política.

• Buitres

P.: ¿Cómo seguirá el juicio de los fondos buitre tras el comunicado que emitieron ayer (por el lunes) contra el mediador Pollack?

A.K.: Me reconforta saber que se va cumpliendo paso a paso lo que había planteado la Argentina en 2014, con referentes locales e internacionales que trataban de generar un clima de presión en que la Argentina no tenía otra posibilidad que pagar. La primera premisa: la Argentina no está en esa situación porque no negocia o no paga. Al contrario, la Argentina negoció con el 93% de los bonistas. La condición para ser buitre es que quede muy poquito sin resolver. Segunda premisa: decían que con u$s 1.600 millones se arreglaba este problema. Pasaron por alto que era exactamente lo que decía la Argentina: los "me too" (N. de la R.: resto de acreedores en condiciones de sumarse al fallo de Griesa). No eran 1.600 millones el problema, era de 23.000 millones los que iban a venir a reclamar los demás si se le pagaba a Singer. Tercer punto: tema Pollack. Griesa decía, es tan fácil arreglar esto que vayan y negocien. Forzó una situación en la que tuve que sentarme con Pollack y los representantes de los buitres donde quedó claro que los que no querían negociar eran ellos. Piden una enormidad en base a sentencias, no a cuestiones económicas y financieras. Pregunté: ¿Por qué estoy negociando sólo con estas personas y no con todos los que tienen bonos de aquel default del Gobierno de la Alianza? No se puede pagarle a uno porque tendremos millones de buitres. A las pruebas me remito: están en el juzgado de Griesa los "me too", que vienen a reclamar lo mismo que Singer. En la cola está de nuevo Singer.

P.: La estrategia oficial es negociar, pero con todos los holdouts juntos al mismo tiempo.

A.K.: Es un punto que le da fortaleza a la posición argentina. Si uno tiene 100 personas reclamando lo mismo, no se puede negociar con el más malo de todos, porque ese acuerdo, si llega a salir, es proyectar el peor de los escenarios a todos los demás. Hay muy pocos que están reclamando algo tan absurdo como lo que reclama Singer con el concurso de Griesa. El que prohíbe esto es el propio Griesa, es el principal obstáculo para resolver ese puchito del 7% No hace más que hacer eco de la estrategia de Singer.

• Candidaturas

P.: ¿Tiene alguna preferencia entre los posibles candidatos del oficialismo? ¿Scioli o Randazzo?

A.K.: Al interior del oficialismo se discute más el proyecto de los próximos años que con la oposición. Es paradójico. Esta oposición no discute, no dice qué va a hacer, porque está necesitada de mentir. Nosotros estamos discutiendo quién va a ser de los candidatos el que va a garantizar la continuidad del proyecto político. Es un debate sano porque los propios candidatos se presentan ante la sociedad y en nuestro espacio, y la vara es quién es el mejor candidato, es quien expresa mejor la continuidad con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En esa discusión hay mucho por hacer, porque una elección es un pacto con el electorado, hay que poner estas cuestiones arriba de la mesa, presentar los planes de Gobierno, discutir cuestiones de fondo. El oficialismo está dando una lección. Los otros candidatos, de afuera de nuestro espacio, han optado por hacer una fiesta de cumpleaños en lugar de una campaña electoral. En la Ciudad se da lo mismo. Hay dos proyectos en la Ciudad y tres candidatos. Hay un candidato que presenta nuestra posición. Si no se hizo la obra del subte y en reemplazo se puso un cantero donde pasan los micros que subsidia el Estado nacional y entonces son baratos y decimos que es una política de transporte. Eso no es una política de transporte.

P.: ¿Usted seguiría trabajando con cualquiera de los dos candidatos, sería vicepresidente o podría ser candidato a diputado?

A.K.: Tengo hoy una agenda gremial, de cuestiones internacionales, estuvimos con ministros de Brasil, tengo responsabilidades inocultables, yo podría disimularlas pero nadie me va a creer. Las tengo y la asumo. No es mi agenda la de las candidaturas. Los candidatos del Frente para la Victoria están dando una sana discusión de cómo se profundiza este proceso, no sólo continuidad, y ver cómo se corrigen los errores que pudimos haber cometido. Yo estoy participando en estas discusiones. Si puedo seguir aportando, voy a estar donde sea más útil. Después hay una cuestión que tiene que ver con el funcionamiento de nuestro espacio. Las candidaturas no surgen de una charla con la almohada. Despertarse y decir "quiero ser diputado o ministro". Hay un proyecto colectivo. Yo ahí voy a ocupar un lugar en el que los compañeros y el colectivo del que formo parte del FpV, La Cámpora, juzgue que yo puedo seguir aportando de una mejor manera. En segundo lugar, nuestro espacio político tiene una conducción muy clara de la Presidente de la Nación, que es quien lidera con todos sus candidatos adentro. Me da la impresión de que nadie puede pasar por alto ese liderazgo.

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